Reportaje Especial:Copenhague |
El precio del calentamiento climático, ¿cómo lo compartirán los 6.000 millones de habitantes de nuestro planeta? Los modos de vida con enormes diferencias entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo, ¿deben ser heredados de generación en generación al igual que bajo el sistema hereditario?
Delegados de los diversos países a la Conferencia de Copenhague sobre el Cambio Climático:
¿Cómo están ustedes? Desde hace algunos días, ustedes están celebrando la conferencia más importante y también la más difícil de soportar en el mundo. Las disputas entre ustedes las oímos todas.
Soy un chino común de origen campesino que acaba de vivir una vida algo mejor que mi generación anterior. Tener una vida mejor es el anhelo de todas y cada una de las personas. En mi tierra natal, los campesinos compran aparatos eléctricos, construyen casas y esperan ir a viajar por las grandes ciudades. En la ciudad donde vivo yo, hay cada vez más aparatos de aire acondicionado y cada vez más automóviles; muchas personas están esforzándose por un hogar un poco más amplio.
Sin embargo, vivimos desafortunadamente en una época embarazosa. Muchas personas que acaban de pensar trasladar de la pantalla a su propia vida el modo de vida europeo y americano que envidian, oyen una categórica voz de “¡Alto!” Mis padres en las zonas rurales no han tenido tiempo para comprar refrigeradora y aparato de aire acondicionado para enfrentar el verano cada vez más cálido, oyen decir que sobre estos productos se impondrá el impuesto sobre las emisiones de carbono. Una fábrica donde trabajaba un compañero de estudio mío acababa de quedar en quiebra días atrás, porque no tenía fondo para comprar el nuevo equipo correspondiente a la norma de protección ambiental. Son más dignos de compasión los amigos extranjeros que viven en países insulares, pues se dice que con otra elevación de 1,5 grados en la Tierra, sus países quedarán sumergidos en aguas.